La Neurociencia demuestra que siempre es posible cambiar. Sin embargo, una de las mayores dificultades que tenemos las personas a la hora de modificar actitudes y hábitos para mejorar nuestra vida y nuestras relaciones, está en el miedo instintivo que sentimos hacia el cambio. Muchas veces, consciente o inconscientemente, ocultamos este miedo bajo la creencia de que ya es demasiado tarde para cambiar, o que nosotros no podemos ser de otra manera, o incluso que  es el resto del mundo quien debe cambiar.

En realidad, todas estas creencias son las coartadas con las que nuestra mente nos defiende de cualquier cambio que nos pueda sacar de nuestra zona de confort. Sin embargo, en este post he insertado un vídeo que nos demuestra, desde la perspectiva de la neurociencia, que siempre es posible efectuar cambios si tomamos la decisión y el compromiso de hacerlo.

En él nos habla sobre como operan los pensamientos que albergamos en nuestra mente y como nos generan unos determinados estados emocionales que nos pueden hacer sentir felices o infelices, y a su vez como éstos van a producir unas reacciones químicas en nuestro cuerpo que podrán fortalecerlo o enfermarlo.

Y también demuestra que, cuando interrumpimos de forma duradera un determinado proceso de pensamiento que provoca una reacción química en el cuerpo, las neuronas responsables de sostener dicho pensamiento comienzan también a romper la conexión que tenían. Por tanto, si nos proponemos y comprometemos en cambiar ciertos pensamientos, hábitos, o comportamientos que nos hacen infelices, por otros que nos produzcan mayor bienestar y felicidad, estaremos también transformando de forma permanente las conexiones neuronales que a su vez producirán esos cambios fisiológicos necesarios para mejorar nuestra vida.

¿Te imaginas poder desterrar para siempre esos pensamientos, hábitos o comportamientos negativos que están causando daño en tu salud, en tus emociones, en tus relaciones, en tu desempeño profesional y en otras áreas de ti vida?

El tabaco, el exceso de peso, el alcohol, las drogas, el juego, etc. o bien la agresividad, la dependencia emocional, la tristeza, el resentimiento, la baja autoestima, etc. o también otros como la pereza, la gula, la falta de constancia, la insatisfacción permanente, etc. Todo puede ser cambiado y nunca es demasiado tarde.

Existen diversas investigaciones y estudios que demuestran que nuestro cerebro, nuestra mente, necesita un mínimo de 21 días para instalar nuevos hábitos, es decir para crear nuevas conexiones neuronales. Por tanto, la cuestión es ir desarrollando ese hábito durante esos primeros 21 ó 30 días. Período, en realidad, bien corto y asumible para quien lleva años de sufrimiento, o para quien desea vivir feliz el resto de su vida.

Como dice el final del vídeo somos seres humanos física y químicamente emocionales, no es nada malo, solo se convierte en una limitación cuando no hacemos más que acceder a las mismas emociones y actitudes todos los días, sin ir a ningún sitio en términos de cambiar o de evolucionar en nuestra vida.

Y en este sentido, desde la perspectiva del Coaching, basado en enriquecer el modelo mental, aborda los cambios como retos que le dan al cliente la oportunidad para desarrollar y crecer personal o/y profesionalmente, reestructurando así su representación y percepción de la realidad.

Con su confianza en el potencial de cambio del cliente, el Coaching con su enfoque y metodología le da el respaldo que éste necesita, ayudándole a crear y utilizar sistemas y estructuras de apoyo, y proporcionándole las herramientas para realizar esos cambios de forma sostenible y duradera, y más rápido que si lo hiciera por si mismo.

Así que ya no hay excusas, el cambio siempre es posible, y todos podemos cambiar. Te invito y te reto a que decidas mejorar la calidad de tus pensamientos para que mejore también la calidad de tu vida.

Esther Alonso

Coach Personal y Profesional

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