Inteligencia Emocional y Coaching

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

Gestión EmocionalLa expresión Inteligencia Emocional fue acuñada en 1990 por los psicólogos Peter Salovey y John Mayer, para describir el uso excelente de la comunicación intrapersonal e interpersonal. El término fue popularizado más tarde por Daniel Goleman en su libro Inteligencia Emocional, publicado en 1995.

La Inteligencia Emocional se compone de una serie de habilidades que determinan el modo en que nos relacionamos tanto con nosotros mismos como con los demás. Esta Inteligencia incluye las siguientes habilidades:

  • Autoconocimiento (Conciencia de uno mismo): es la capacidad de reconocer y entender en uno mismo las propias fortalezas, debilidades, estados de ánimo, emociones e impulsos, así como el efecto que éstos tienen en uno mismo y en los demás. Las competencias emocionales que dependen de la autoconciencia son:

– Conciencia emocional: identificar las propias emociones y los efectos que pueden tener.
– Correcta autovaloración: conocer las propias fortalezas y también las debilidades.
– Autoconfianza: un fuerte sentido del propio valor y capacidad

  • Autorregulación o control de sí mismo: es la habilidad de controlar nuestras propias emociones e impulsos para adecuarlos a un objetivo, de responsabilizarse de los propios actos, de pensar antes de actuar y de evitar los juicios prematuros. Las personas que poseen esta competencia son sinceras e íntegras, controlan el estrés y la ansiedad ante situaciones comprometidas, y son flexibles ante los cambios o las nuevas ideas.
  • Automotivación: es la habilidad de estar en un estado de continua búsqueda y persistencia en la consecución de los objetivos, haciendo frente a los problemas y encontrando soluciones (gran resiliencia). Esta competencia se manifiesta en las personas que muestran un gran entusiasmo por su trabajo y por el logro de las metas por encima de la simple recompensa económica, con un alto grado de iniciativa y compromiso, y con gran capacidad optimista en la consecución de sus objetivos.
  • Empatía: es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y responder correctamente a sus reacciones emocionales. Las personas empáticas son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones, normalmente tienen mucha popularidad y reconocimiento social, se anticipan a las necesidades de los demás y aprovechan las oportunidades que les ofrecen otras personas.
  • Habilidades sociales: es el talento en el manejo de las relaciones con los demás, en saber persuadir e influenciar a los demás. Quienes poseen habilidades sociales son excelentes negociadores, tienen una gran capacidad para liderar grupos y para dirigir cambios, y son capaces de trabajar colaborando en un equipo y creando sinergias grupales.

Objetivos de la Inteligencia Emocional

Empatía, colaboración

Los objetivos de la Inteligencia Emocional están centrados en proporcionar recursos y estrategias de pensamiento, conductuales, emocionales y de interacción social, para tener una óptima regulación sobre la presión interna y externa. Y así evitar que esa presión se traduzca en estrés, ansiedad u otros estados de ánimo que produzcan daños y malestar. En definitiva, ayuda a prevenir daños, a practicar el pensamiento positivo, mejorando la salud psicológica, la autoestima, la autorregulación emocional, y las relaciones interpersonales.

Las aplicaciones de la Inteligencia Emocional en el Coaching son básicamente para ayudar al coachee a reconocer y comprender sus propias emociones, lo que puede ayudar a identificar las barreras emocionales que están impidiendo su progreso y desarrollo personal. La Inteligencia Emocional es una habilidad importante que se puede aplicar en el Coaching para ayudar a las personas a comprender y manejar sus emociones de manera más efectiva, lo que puede mejorar su bienestar emocional y su capacidad para relacionarse con los demás.

Como objetivos más específicos cabe mencionar, entre otros, los siguientes:

  • Conocer e identificar nuestras propias emociones y sus efectos para aprender a gestionarlas adecuadamente.
  • Desarrollar la habilidad de la empatía para mejorar nuestras relaciones.
  • Manejar nuestra energía emocional para desarrollar mayor entusiasmo y motivación.
  • Desarrollar habilidades comunicativas en nuestras relaciones, tales como la asertividad, la sintonía, la motivación, etc.
  • Tener optimismo y persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los obstáculos y los contratiempos.
  • Gestionar en positivo la tensión y el estrés.
  • Adaptabilidad y flexibilidad para afrontar los cambios.
  • Comprender y manejar aspectos de la imagen propia para acercarnos a nuestros objetivos.
  • Utilizar sencillas técnicas psico-físicas para facilitar el equilibrio emocional y el manejo de los estados anímicos.
  • Favorecer relaciones personales y profesionales armoniosas.
  • Desarrollar la autoconfianza y la autoestima.

Base de las Emociones y Emociones Básicas

Las emociones son programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución para enfrentar de un modo básico y adaptativo, situaciones difíciles, peligrosas o atractivas para nuestra supervivencia. En toda emoción hay un impulso para la acción, y cada emoción está asociada a un patrón de comportamiento característico de la especie humana, es la respuesta a un estímulo (externo o interno).

Este patrón puede ser reconocido por cualquiera, por ejemplo: si una persona está llorando, alicaída y su rostro está triste, no hay duda de que la emoción que domina a esa persona en ese momento es la tristeza; además, eso está acompañado por un determinado ritmo cardíaco, tipo de respiración, hormonas, neurotransmisores del cerebro, etc.

Cuando nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o temor, nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos a punto para cualquier reacción de lucha o huida que sea preciso a fin de protegernos, ya que nuestro impulso más básico es el de la supervivencia. Todas las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, movilizan nuestros sentidos, nuestro intelecto, y la energía que nos conducirá a la acción, siempre para asegurar la propia supervivencia.

Tienen, por tanto, una función adaptativa. En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de pensamientos, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación. Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Registro de emociones

Según las investigaciones y descubrimientos de la psicofisióloga Susana Bloch, existen 6 emociones básicas que son universales ya que son comunes en todas las personas de cualquier época y cultura. Además existen otras emociones mixtas que son culturales, históricas, psicológicas, e individuales.

Las 6 emociones básicas son:

1. Miedo: surge como anticipación de una amenaza o peligro que nos produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad (sea este real o imaginario). Es a menudo la reacción ante un conflicto interior entre el estímulo que percibimos como amenaza hacia nuestra integridad física, autoimagen o la propia estima, y por otro lado, la valoración que hacemos de nuestros propios límites y capacidad para abordar o enfrentarlo. Su función adaptativa es la de evaluar y prevenirnos de posibles riesgos, genera prudencia.

2. Rabia: emerge cuando la persona se ve sometida a una situación que le produce frustración o que le resulta adversa. Se plantea como un proceso de empoderamiento que empuja a la acción, interrumpiendo los procesos cognitivos que se hallan en curso, centrando la atención y la expresión de afectos negativos en el agente que la instiga (persona, animal o cosa). También surge como defensa en situaciones que comprometen la integridad física o la autoimagen y la propia estima. Esta emoción nos infunde energía, coraje, valor para protegernos de cualquier amenaza percibida.

3. Tristeza: surge comúnmente ante una situación que nos supone alguna pérdida o cuando nos acarrean algún perjuicio o daño. O sencillamente cuando no logramos algo que es importante para nosotros. La  tristeza también puede surgir como respuesta a una emoción positiva tan intensa que se torna dañina. Su función adaptativa es la de restringir el gasto energético, el autocuidado, la búsqueda de apoyo, el análisis y la reflexión, favorece la introspección y el aprendizaje.

4. Alegría: surge cuando la persona evalúa el objeto o acontecimiento como favorable a la consecución de sus metas. Ejemplo: lograr un trabajo, alivio de dolor, ganar la lotería, alimentarse tras pasar hambre, juegos lúdicos, conductas cómicas, recibir reconocimiento, etc.  Los sentimientos positivos promueven conductas y actividades que alientan el deleite y mantenimiento de esta clase de estados de ánimo, y también facilita la interacción social y la vinculación afectiva. Facilita la creatividad, la innovación.

5. Ternura: es una de las dos manifestaciones más importantes del amor. En la ternura la prisa no existe y sentimos intensamente el presente. Es compasiva porque nos hace ser empáticos y sentir con el otro a su propio compás. Es la desnudez del corazón, vulnerable y abierto, frágil y valiente. En la ternura se siente confianza, empatía, simpatía, plenitud, compasión, lentitud, calma, apertura. Contribuye a la supervivencia, al cuidado, a la conexión, al entendimiento mutuo, a la gratitud, crea vínculos.

6. Erotismo: es la otra manifestación del amor. Surge con la excitación, el placer, el gozar de la propia sensualidad, y el disfrutar de la belleza de sus sensaciones. Es un espacio de libertad y de conexión con el poder personal. Nos activa el deseo y nos permite acceder al éxtasis… y actúa como un imán que nos junta y nos invita a fundirnos en una danza, para convertirnos en uno, y desde allí crear juntos en la libre unión de lo que genuinamente y diferente aporta cada uno por separado. Abre el deseo y nos conecta con la vida, sirve para perpetuarnos y para re-crearnos.

Las conexiones entre el sistema límbico y el neocortex (área pensante del cerebro), constituyen el centro de gravedad de los conflictos y los acuerdos entre el corazón y la cabeza, entre los sentimientos y los pensamientos. Esta conexión es básica para tomar decisiones inteligentes en la vida emocional. La interrelación del sistema límbico con el neocortex o área pensante del cerebro, constituye el núcleo neurobiológico de la Inteligencia Emocional. 

Distintos estudios e investigaciones señalan la importancia de las emociones en la toma racional de decisiones para orientarnos en la dirección más adecuada. Las áreas del cerebro emocional están tan implicadas en el razonamiento como las áreas del cerebro pensante. En la equidistancia entre el sentir y el pensar, la emoción siempre guía nuestras decisiones.

Lo más adecuado para la persona es que exista un equilibrio, en el cual, la emoción influya en las operaciones de la razón y ésta ajuste y filtre las operaciones procedente de las emociones, actuando como dos facultades relativamente independientes que reflejen el funcionamiento de circuitos cerebrales distintos, aunque sincronizados. Y ese es precisamente el motivo para desarrollar la Inteligencia Emocional: saber armonizar ambas funciones, a fin de que razón y emoción puedan pilotar el barco de nuestra vida, navegando de forma inteligente hacia una cota mayor de felicidad y de éxito tanto personal como profesional.

SI TIENES INTERÉS EN SABER MÁS SOBRE INTELIGENCIA EMOCIONAL PUEDES VISITAR ESTOS ENLACES:

http://danielgoleman.info/  (en inglés)
http://www.inteligencia-emocional.org/  (en español)

Y AQUÍ ALGUNAS INTERESANTES REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS SOBRE INTELIGENCIA EMOCIONAL:

Inteligencia Emocional.- Daniel Goleman – Editorial Kairós

La práctica de la Inteligencia Emocional.- Daniel Goleman – Editorial Kairós

La Inteligencia Emocional en el trabajo: Cómo seleccionar y mejorar la inteligencia emocional en individuos, grupos y organizaciones.- Daniel Goleman, Cary Cherniss – Editorial Kairós

La sabiduría de las emociones. Norberto Levy – Editorial Plaza & Janés

Educar con inteligencia emocional: Cómo conseguir que nuestros hijos sean sociables, felices y responsables – Maurice J./ Tobias, Steven E./ Friedl Elias –  Editorial Debolsillo